miércoles, 9 de noviembre de 2011

Los Miserables

En mi constante camino hacia el encuentro de la Literatura me encontré con un coloso; éste era Víctor Hugo, la obra: Los Miserables. La obra más maravillosa que he leído (y no he leído poco).

Un poco lento al inicio (entendámoslo: por su tamaño, los titanes se mueven con lentitud); Víctor Hugo le dedica más de un centenar de páginas a un personaje que no volverá a aparecer más en la obra, pero que influye tremendamente en el protagonista (Jean Valjean). Este personaje es el obispo Benvenuti, quien le muestra el camino de la redención a Jean, haciéndole prometer que será un hombre de bien. Pues bien, la obra gira en torno a esta promesa.

Dividido en cinco partes, cuatro de ellas con los nombres de sus personajes principales, Víctor Hugo saca lustre a lo despreciado mostrándonos que, muchas veces, la verdadera belleza está en lo que la sociedad vomita. Sobre el punto me permito una cita: "En cuanto a nosotros, nunca pronunciaremos estas palabras sin dolor y sin respeto, pues, cuando la filosofía sondea los hechos a los que corresponden, encuentra a menudo muchas grandezas al lado de las miserias. Atenas era una oclocracia, los indigentes han hecho Holanda, el populacho ha salvado a Roma más de una vez, y la chusma seguía a Jesucristo".



Los miserables: tengo la impresión que Víctor Hugo jugó con los dos significados que puede tener esta palabra: 1. miserable, aquel que carece de lo básico para sobrevivir, y por ello es infeliz; y 2. miserable, como aquel que carece de los valores básicos, perdiendo su humanidad convirtiéndose en una especie de bestia rastrera y peligrosa. En el libro encontramos ambas características entre sus personajes. Muchos de ellos, nos llenarán de tristeza, de cólera, de ternura, explotando estos tres sentimientos hasta las lágrimas. Esta novela de Víctor Hugo es un tesoro invaluable de Francia y de la humanidad.

Como dije antes, el desarrollo de la novela es lento, pero que el impaciente lector no lo abandone, cada capítulo, cada palabra, está en su perfecta ubicación, cada ingrediente es necesario para disfrutar de la exquisita trama. Yo tardé medio año en leerlo, y no me arrepiento, por el contrario, quedo fascinado.

El recorrido que emprenderemos entre sus páginas no sólo competen a los personajes, sino que Víctor Hugo inserta apuntes históricos (como la figura de Napoleón) y sociológicos que envuelven de manera acertada a este romántico relato.

Aquí mi capítulo favorito: 


Un corazón bajo una piedra



La reducción del universo a un solo ser, la dilatación de un solo ser hasta Dios, esto es el amor.

El amor es la salutación de los ángeles a los astros.

¡Qué triste está el alma cuando está triste por el amor! ¡Qué vacío tan inmenso es la ausencia del ser que llena él solo el mundo! ¡Oh! Cuán verdad es que el ser amado se convierte en Dios. Se comprendería que Dios estuviera celoso si el Padre de todo no hubiese hecho evidentemente la creación para el alma, y el alma para el amor.

Basta una sonrisa vislumbrada bajo un sombrero crespón blanco con adornos de lilas para que el alma entre en el palacio de los sueños.

Dios está detrás de todo; pero todo no oculta a Dios. Las cosas son negras, las criaturas son opacas. amar a un ser es hacerlo transparente.

Ciertos pensamientos son oraciones. Hay momentos en que sea cual sea la actitud del cuerpo, el alma está de rodillas.

Los amantes separados engañan la ausencia con mil cosas quiméricas, que tienen, no obstante, su realidad. Se les impide verse, no pueden escribirse; encuentran una multitud de medios misteriosos para comunicarse. Se envían el canto de los pájaros, el perfume de las flores, las risas de los niños, la luz del sol, los suspiros del viento, los rayos de las estrellas, toda la creación. ¿y por qué no? Todas las obras de Dios están hechas para servir al amor. El amor es lo bastante poderoso como para dar sus mensajes a la naturaleza entera.

¡Oh, primavera, eres una carta que yo le escribo!

El porvenir pertenece aún más a los corazones que a la inteligencia. Amar, he aquí la única cosa que puede ocupar y llenar la eternidad. El infinito necesita lo inagotable.

El amor participa del alma misma. Es de la misma naturaleza que ella. como ella, es chispa divina; como ella, es incorruptible, indivisible, imperecedero. Es un punto de fuego que está en nosotros, que es inmortal e infinito, que nada puede limitar, ni nada puede apagar. Se le siente arder hasta en la médula de los huesos y se le ve irradiar hasta el fondo del cielo.

¡Oh, amor!, ¡adoraciones!, voluptuosidades de dos espíritus que se comprenden y de dos miradas que se penetran. ¡Vendréis a mí!, ¿no es verdad, felicidades? ¡Paseos de dos solos en la soledad! ¡dios benditos y resplandecientes! Algunas veces he soñado que de vez en cuando se desprendían algunas horas de la vida de los ángeles, y venían aquí abajo a penetrar en el destino de los hombres.

Dios no puede añadir nada a la felicidad de los que se aman, más que la duración sin fin. Después de una vida de amor, una eternidad de amor es un aumento, en efecto; pero acrecentar en su intensidad misma la felicidad inefable que el amor da al alma desde este mundo resulta imposible aun a Dios. Dios es la plenitud del cielo; el amor es la plenitud del hombre.

Miráis una estrella por dos motivos: porque es luminosa y porque es impenetrable; pues a vuestro lado tenéis a una radiación más suave, y un misterio más grande: la mujer.

todos, sin excepción, tenemos nuestros seres respirables. Si nos faltan, nos falta el aire y nos ahogamos. Entonces morimos. Morir por falta de amor es terrible. ¡La asfixia del alma!

cuando el amor ha fundido y mezclado a dos seres en una unidad angélica y sagrada, estos seres han hallado el secreto de la vida; no son más que los dos términos de un mismo destino; no son más que las dos alas de un mismo espíritu. ¡amad, elevaos!

el día en que una mujer que pasa delante de ti desprende luz al andar, estás perdido, amas. Ya no tienes que hacer más que una cosa: pensar en ella tan fijamente que ella tenga que pensar en ti.

Lo que el amor empieza no puede ser terminado más que por Dios.

El amor verdadero se desespera y se encanta por un guante perdido o por un pañuelo encontrado, y necesita la eternidad para su desinterés y para sus esperanzas. Se compone a la vez de lo infinitamente grande y de lo infinitamente pequeño.

Si eres piedra, sé imán; si eres planta, sé sensitiva; si eres hombre, sé amor.

Nada basta al amor. Si se tiene felicidad, se desea el paraíso; si se tiene el paraíso, se desea el cielo.

¡Oh, tú que amas, todo esto está en el amor! Aprende a encontrarlo. El amor tiene, lo mismo que el cielo, la contemplación, y además el deleite.

"¿Viene aún al Luxemburgo?" "No, señor." "En esta iglesia es dónde oye misa, ¿no es verdad?" "No viene ya." "¿Vive todavía en esta casa?" "Se ha mudado." "¿A dónde ha ido a vivir?" "No lo ha dicho."

¡Qué cosa tan sombría es no saber las señas de su alma!

El amor tiene cosas de niños, las otras pasiones tienen pequeñeces. ¡Despreciemos las pasiones que empequeñecen al hombre! ¡Honremos las que le hacen niño!

Me sucede una cosa extraña. ¿Sabéis cuál? Estoy en la noche. Hay un ser que, al irse, se ha llevado el cielo.

¡Oh! Estar echados juntos en la misma tumba, mano con mano, y de vez en cuando, en las tinieblas, acariciarnos suavemente un dedo; esto bastaría a mi eternidad.

Vosotros que sufrís porque amáis, amad más aún. Morir de amor es vivir.

Amad. Una sombría transfiguración estrellada está mezclada con este suplicio. Hay éxtasis en la agonía.

¡Oh, alegría de los pájaros! Tenéis el canto porque tenéis nido.

El amor es una respiración desde el celeste del aire del paraíso.

Corazones profundos, espíritus sabios, tomad la vida como dios la ha hecho; la vida es una larga prueba, una preparación ininteligible al destino desconocido. Este destino, el verdadero, empieza para el hombre en el primer peldaño del interior de la tumba. entonces se le aparece algo, y empieza a distinguir el definitivo. El definitivo, pensad en esta palabra. Los vivos ven el infinito; lo definitivo no se deja ver más que por los muertos. Mientras tanto, amad y sufrid, esperad y contemplad. Desgraciado, ¡ay!, el que no haya amado más que los cuerpos, las formas, las apariencias. La muerte se lo arrebatará todo. Amad a las almas, y las volveréis a encontrar.

He encotnrado en la calle a un joven muy pobre que amaba. Su sombrero era viejo, su traje gastado; tenía los codos agujereados; el agua pasaba a través de sus zapatos y los astros a través de su alma.

¡Qué gran cosa es ser amado! ¡y qué cosa más grande aún es amar! El corazón se hace heroico a fuerza de pasión. Sólo se compone de lo más puro, sólo se apoya en lo más grande y elevado. Un pensamiento indigno no puede germinar en él, como una ortiga no puede germinar en un ventisquero. El alma elevada y serena, inaccesible a las pasiones y a las locuras, las mentiras, los odios, las vanidades, las miserias, habita en el azul del cielo y no siente ya sino las conmociones profundas y subterráneas del destino, somo las cimas de las montañas sienten los temblores de la tierra.

Si no hubiera quien amase, el sol se apagaría.




El libro es fácil de ubicar en las librerías y también en la internet. Yo lo tengo en físico y en formato Word. Si lo desean, ya saben, puedo enviárselos vía e-mail.

4 comentarios:

  1. Hola, te contesto en tu blog :)
    Frankenstein lo he leído, y sí, merece muchísimo la pena, explora temas muy interesantes, recomendadísimo.
    Y sí, algo había oído sobre la película del Último unicornio ^^
    Saludos, y gracias por pasarte por mi blog!

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  2. No hay de qué =D

    Entonces, ni hablar, para la próxima feria de libros a la que vaya iré exclusivamente para buscar a Mary Shelley.

    Hasta la próxima*

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  3. Daniel Martínez4/3/12, 18:35

    Increible este libro!!!
    siempre me acuerdo que el padre bienvenido dejaba la puerta abierta en la noche y no le importaba que le robaran. La historia de Fantine y cosette es terrible.
    Una maravilla, sin olvidar el talento de victor hugo para escribir.

    Deberían leerlo(a conciencia) del presidente para abajo en Chile... todo andaría mejor

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    Respuestas
    1. Es un maravilloso libro que además incrementa nuestra visión hacia la sociedad. Muchos deberían tenerlo como lectura obligatoria.

      Gracias por tu comentario, Daniel*

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